Sin duda que el embrujo que nos produce el ajedrez es tan sublime, que nos hace sentirnos grandes creadores durante unos minutos, y a eso se refiere Marcel Duchamp cuando dice: "No todos los artistas son ajedrecistas, pero todos los ajedrecistas son artistas".

Sin duda, también, que el ajedrez no lo es todo. ¿Qué decir de la música, por ejemplo? Por eso os he dejado una pequeña muestra de mi música favorita, para que la disfrutéis, si os apetece, mientras os sumergís en el fascinante mundo del ajedrez.

Ya en su dia el gran Tarrasch dijo: "Como el amor, como la música, el ajedrez tiene la virtud de hacer felices a los hombres".

Y olvidémonos de aquella otra frase de Oscar Wilde que decía: "Si quieres destruir a un hombre, enséñale a jugar al ajedrez"...¡asusta!

Así que sin más dilación comenzemos este singular viaje a una tierra llena de peligros, en la que nos encontraremos a reyes enfrentados en un combate eterno, reinas poderosísimas y despiadadas, fortalezas sólidas e inexpugnables, obispos con gesto serio y mirada oblícua, ágiles corceles dispuestos a asestar coces mortales y valientes guerreros que nunca retroceden ante nada.

Estáis todos invitados, así que los que quieran pueden subir a bordo. Sin condiciones. Durante la travesía seremos testigos de inagotables maravillas y al llegar a puerto nos espera...la felicidad, sin duda.

BIENVENIDO. GRACIAS POR VISITAR MI BLOG.

viernes, 29 de abril de 2011

Media docena, por favor

   Después de las dos últimas entradas, que han sido un poco áridas, hoy vamos a tomarnos un merecido descanso, lo cual quiere decir, obviamente, no echarnos a dormir la siesta, si no disfrutar plácidamente resolviendo las mágicas combinaciones que veremos a continuación.
Al igual que un buen momento de relajación puede constituirlo tomarnos un buen chocolate con churros, hoy vamos a pedirle a Alexander Koblenz que nos brinde media docena, no de churros, si no de posiciones excelsas.
Alexander Koblenz
Alexander Koblenz nació en Riga en 1916 y murió también en Riga en 1993, ganando en cuatro ocasiones el campeonato de ajedrez de Letonia, concretamente en los años 1941, 1945, 1946 y 1949. Su fama le viene más que como jugador, por ser el preparador del ex-campeón mundial Mikhail Tal, el genio de Riga, con el que empezó a entrenar en 1949, y del que fué ayudante en los encuentros por el campeonato del mundo que disputó Tal contra Botvinnik  en 1960 y 1961.
También fué entrenador del equipo de la Unión Soviética en las Olimpíadas de Moscú en 1956 y Leipzig en 1960.
Así mismo Koblenz es muy conocido como autor de libros de ajedrez, entre los que podemos mencionar, traducidos al castellano, Ajedrez de entrenamiento y El mundo mágico de las combinaciones, ambos publicados por la editorial Martínez Roca, en su coleccion Escaques.
   Concretamente de este último libro están sacadas la media docena de posiciones que hoy os propongo para estudiar y resolver, y del prólogo de dicha obra entresaco las siguientes palabras de Koblenz: " ...Únicamente podrá el jugador de ajedrez tenerse por verdadero artista cuando las más profundas ideas combinativas dejen de ser para él un secreto, cuando él mismo se convierta en creador de ese mundo original y misterioso.
   Mas el camino que conduce a tal grado de maestría  está lleno de espinas. Por ello atribuyo especial importancia a los ejercicios que cada uno ha de resolver en particular. La práctica demuestra que el análisis sistemático de las distintas posiciones, así como el estudio de problemas y finales, aceleran el desarrollo de la visión combinativa, enseñando a los jóvenes ajedrecistas a pensar por sí mismos y a no perderse en situaciones extraordinarias o complicadas...".
   Y ahora pasemos por fín a disfrutar del mundo mágico de las combinaciones que nos ofrece Koblenz.
La primera de ellas corresponde a la partida Stahlberg-Najdorf:


   En esta posición juegan las blancas y ganan. ¿Adivináis cómo?

SOLUCIÓN
1.Af7!,Rxf7 (si 1...,Dxf7, las blancas ganan sencillamente con 2.Txd8 debido a la clavada del alfil negro); 2.Txd8,Dxd8; 3.Db7+ y las negras abandonan.

   La segunda posición proviene de la partida Tal-Aficionado, y las blancas juegan y ganan:


SOLUCIÓN
1.Ab6!,Dxb6 (si 1...,axb6; 2.Dd8++); 2.Dh4+,Tf6; 3.Dxb4+,Dd6; 4.Dxd6++.

   El tercer diagrama es de la partida Redeli-Barati, y el turno de juego es de las negras. ¿Encontraréis la secuencia que llevó a la victoria a Barati?:


SOLUCIÓN
1...,Ta1+!; 2.Axa1,Da4; 3.Dg8+,Rb7; 4.Db3,Dxa1+; 5.Db1,Txc2!!; 6.Rxc2,Dc3++. El mate de las "charreteras".

   La cuarta posición corresponde a la partida Pollock-Alnus, en la que las blancas, a las que les corresponde jugar, remataron rápidamente la lucha con cinco precisas jugadas:


SOLUCIÓN
1.Dd7+!!,Axd7; 2.Cd6+,Rd8; 3.Cf7+,Rc8; 4.Te8+,Axe8; 5.Td8++.

   El quinto problema esta sacado de la partida Polces-Kremenetzki, donde las negras se sacaron de la manga un remate realmente fantástico. Tal vez sea un poco más difícil que los anteriores, pero si os concentráis a tope, seguro que lo resolveréis y quedaréis impresionados. ¡Suerte!:


SOLUCIÓN
1...,Dxb2+!!; 2.Rxb2,Cd3+; 3.Ra3 (aquí era necesario haber previsto estas breves variantes: a)3.Rb3,Teb8+; 4.Rc4,Cb2++ y si 4.Ra4,Tb4+; 5.Ra3,Ab2++. b)3.Rb1,Teb8++),Ab2+; 4.Ra4 (a 4.Rb3,Teb8+; 5.Rc4,Ce5++),Txe4+!! (¡en este sacrificio de desviación se basa toda la combinación de las negras!); 5.c4 (si 5.Dxe4,Cc5++),Txc4+; 6.Rb3,Tc3+; 7.Ra4,Ta3++.

   Y para terminar la media docena, la sexta posición proviene del encuentro Niedermann-Zuchs, donde el turno de juego es de las blancas. También es un poco complicada, pero si Niedermann encontró la manera de rematar la faena, vosotros seguro que también lo haréis:


SOLUCIÓN
1.Ac8! (atrayendo a la torre negra a 'c8'),Txc8 (si 1...,Db1+; 2.Rh2,Dxb6; 3.Axb7,Dxb7; 4.Dd6+,Dc7; y decide el sacrificio de desviación 5.Ta8+!,Rb7; 6.Ta7+); 2.Ta8+!,Rxa8; 3.Dxc8+,Tb8; 4.Dc6+,Tb7; 5.Da4+,Rb8; 6.De8+,Dd8; 7.Dxd8++.


   Por si después de haber resuelto los anteriores diagramas os habéis quedado con ganas de más, a continuación os dejo un enlace para que podáis descargaros el maravilloso libro El mundo mágico de las combinaciones y así poder seguir entrenando con muchos otros problemas y estudios:




jueves, 28 de abril de 2011

Variaciones sobre el mismo tema

   Después de haber viajado a mil y un lugares diferentes, no es extraño encontrarnos con parajes que nos da la sensación de haber visto ya o que curiosamente tienen un gran parecido con otros que ya hemos visitado.
Por supuesto que cada uno de ellos conservan su belleza particular y singular, indudablemente, pero aún así no podemos evitar el hacer comparaciones, muchas veces odiosas, que tienden a restar o disminuir el impacto que nos causa esa segunda visión respecto a la que podríamos llamar la original, la primera que vimos en su categoría.
   Y como ya estaréis pensando, familiares y amigos, en nuestro viaje por el mundo del ajedrez, nos pasa exactamente lo mismo. Nos encontramos con multitud de posiciones y combinaciones que una vez vistas por primera vez, volvemos a encotrarnos tiempo después, obviamente con alguna variación, pero que nos traen reminiscencias de aquellas primeras que nos impactaron y sorprendieron y al compararlas suelen salir perdiendo estas últimas, ya que cuanto menos el factor sorpresa ha desaparecido.
   Todo esto viene a cuento de una posición que ya vimos en un viaje anterior en este blog, concretamente en el del día 25 de Septiembre de 2010 titulado Sacrificios supremos, que corresponde a la partida Levitsky-Marshall, Breslau 1921, y que vuelvo a reproducir a continuación:


   Corresponde jugar a las negras, y Marshall realizó la jugada 1...,Dg3!!, que el columnista ajedrecístico Tim Krabbé coloca en el tercer lugar de su lista Las 110 jugadas más fantásticas realizadas y que el Gran Maestro Murray Chandler, editor de la British Chess Magazine, situó en 1998 en el primer puesto de la lista que publicó de Las 10 jugadas más fantásticas jugadas en el tablero.
La jugada del negro amenaza mate en 'h2' y si 2.hxg3,Ce2++; si 2.fxg3,Ce2+; 3.Rh1,Txf1++; y si 2.Dxg3,Ce2+; 3.Rh1,Cxg3+; 4.Rg1,Cxf1 y las negras ganan.
   No cabe duda que la jugada de Marshall produce un fuerte impacto cuando se ve por primera vez, pero tal vez perdiera parte de dicha impresión y de su originalidad si previamente hubiésemos visitado las siguientes posiciones que se produjeron algunos años antes:


    La primera corresponde a la partida Tietz-Maader, Karlsbad 1896. Las negras tienen tres peones por la calidad y su rey parece estar seguro, pero las blancas sorprendieron a propios y extraños jugando la fantástica 1.Dxg6!! y las negras siguieron con 1...,hxg6; 2.Cxe7+,Txe7; 3.Td8+,Rh7; 4.Th4++. Una línea más tenaz era 1...,De5; 2.Dh5,Axg5; 3.Dh2,Ae3+, con ventaja blanca aunque difícil de convertir. Tanto en caso de 1...,Dxd5; 2.Txd5,hxg6; 3.Txb5, como 1...,fxg6; 2.Cxe7+,Rf8; 3.Cxf5,gxf5; 4.Td5, o incluso 1...,Dxg6; 2.Cxe7+,Rf8; 3.Cxg6+,hxg6; 4.Td5, la ventaja de las blancas es muy clara.

   La segunda posición corresponde a la partida N.N-Caro, Berlín 1898:


   El turno de juego era de las negras, que maravillaron al público con la jugada 1...,Dg3!!. Las blancas continuaron con 2.hxg3 (si 2.Ac6,Dxf2+; 3.Txf2,Td1++),Th8!; 3.Ac6,Cxg3; 4.Txa6+,Axa6; seguido de 5...,Th1++.

   El tercer diagrama está sacado de la partida Fox-Bauer, Antwerp 1901, donde juegan las blancas:


   La posición parece equilibrada, pero ahora Fox realiza una jugada para la galería: 1.Cdc4!!. Colocar el caballo en 'c4' sirve para preparar una profunda trampa que es difícil de ver y no incurre en casi ningún riesgo, aunque hay un leve elemento de incertidumbre a su alrededor si las negras juegan ahora 1...,Cxd4; 2.Dxd4,dxc4; 3.Cxf7,Rxf7; 4.f5,Dxd4+; 5.cxd4,Ch8; 6.Axc4+,Rf8; 7.Txh7 o 1...,h6; 2.Cxg6,Axg4!; 3.Cxe7+, con una posición difícil, pero equilibrada, en ambos casos.
Las negras sin sospechar nada jugaron 1...,dxc4, y fueron barridas del tablero con 2.Dxg6!!,hxg6; 3.Cxg6!!,fxg6; 4.Axc4+ y 5.Th8++. Otras defensas también fallan contra 2.Dxg6, así si 2...,Cxe5; 3.Dxh7+; si 2...,fxg6; 3.Axc4+; y si 2...,h6; 3.Dxf7+,Rh8; 4.Txh6+.

   Así pues la jugada de Marshall tiene competencia. Tres ejemplos previos igualmente originales e inesperados, que en el caso de Caro y Fox incluso forzaban el mate.

   Y para terminar, lo haremos con un último diagrama en el que seremos testigos de una jugada tranquila de dama en una posición aguda, que en opinión de Christian Hesse, autor del formidable libro Expediciones al mundo del ajedrez y colaborador habitual de revistas de ajedrez especializadas, a la par que catedrático de matemáticas en la universidad de Stuttgart, debería estar por encima de la de Marshall en cualquier lista de las jugadas más sorprendentes.
La posición corresponde a la partida MacDonald-Burn, Liverpool 1910, donde juegan las negras:


   La situación es crítica para las negras, hasta el punto de que si las blancas fuesen mano, entonces las negras recibirían mate en pocas jugadas. Y con todos los planes de defensa convencionales, las negras pierden; por ejemplo 1...,Dd8; 2.Txg5+,Rh7; 3.Ag4,Rh8; 4.Rg3,Th7; 5.Ah5, y se pierde el caballo. Lo mismo pasa tras 1...,Rh8; 2.Dxg5.
Así que para salvarse, a las negras sólo les queda encontrar una jugada genial  que cambie la valoración de la posición y Amos Burn la encontró, vaya que si la encontró: 1...,Dg4!!!. Desde la distancia, la dama se mueve a una casilla defendida triplemente, sin realizar una captura o dar jaque, y sin ninguna protección para sí misma. Pero el sacrificio de dama tiene su lógica: ahora el alfil de 'g5' está protegido, la columna con la torre y el rey negro está bloqueada, y la diagonal del alfil 'd1-h5' está cortada, con un muy útil efecto secundario, como es la amenaza negra Cf3+. Se siguió con 2.Txg4!,Cf3+; 3.Rg2 (parece algo mejor 3.Rg3),Cxd2; 4.Txg5+,Rh6!; 5.h4 (si se hubiese jugado 3.Rg3, ahora podría avanzar con 5.Rg4, que es más fuerte),Cxb3; 6.Tf5,Cxa5


   7.Ae2,Rg7; 8.h5,Tf7 (a considerar también es 8...,Cb3; 9.Tg5+,Rh8; 10.Rf1,Tg7); 9.Tg5+,Rh8; 10.h6?! (aún había algo de esperanza tras 10.Tg6,Tg7; 11.Txg7,Rxg7; 12.Rg3):


   10...,Tf6! (y es inevitable perder otro peón más y con él la partida); 11.Th5,Tf4; 12.Tg5,Cxc4; 13.Ad3,Cb2; 14.Ac2,c4; 15.Tg7,Cd3; 16.Ab1,Txf2+; 17.Rg3,Tb2


   Y en esta posición deseperada, las blancas abandonaron.

   Podemos concluir, pues, que el fantástico movimiento de Marshall con el que empezábamos el viaje de hoy, sin quitarle mérito alguno, ha perdido parte de su originalidad tras observar los otros ejemplos que aquí hemos traido, pero aún así ¿quién puede dejar de estremecerse al reproducir en su tablero la increible jugada del gran Frank Marshall?. Yo, os aseguro que no...
Y tengamos en cuenta el siguiente pensamiento del Gran Maestro inglés John Nunn: "El ajedrez se basa, en su mayor parte, en el reconocimiento de patrones. Cuantos más patrones tengas fijados en tu memoria, más efectivo tiendes a ser en el tablero."


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jueves, 21 de abril de 2011

Cuando lo básico no es tan básico

   Todo jugador que se precie ha de tener en su mochila un conjunto de conocimientos básicos para desenvolverse en el intrincado mundo del tablero damasquinado.
Lo primero, una vez aprendido, claro está, el movimiento de las piezas, es saber como dar los mates básicos con el menor número posible de piezas, ya que de otra manera nunca podríamos ganar ninguna partida.
Así que enseguida aprendemos la forma de dar mate con un rey y dama contra un rey, para pasar después a dominar el mate de rey y torre contra rey. A continuación estudiamos el mate de rey y dos alfiles contra rey, y aunque un poco más complicado que los dos anteriores, acabamos dominándolo, para pasar al peldaño final del mate con rey, alfil y caballo contra rey. ¡Y ahí empiezan los problemas! Este tipo de mate suele darnos quebraderos de cabeza, y aunque es cierto que es más lioso que los precedentes, realmente no es tan difícil. La fórmula para dar mate es simple: hay que llevar al rey débil a una esquina del mismo color del alfil y una vez encerrado allí, se le podrá dar mate con la colaboración de todas las piezas.
Sin embargo, muchas veces, estos finales no se ganan e incluso grandes maestros  cometen el error  de empujar el rey débil al rincón opuesto, es decir, al del color contrario al del alfil.
Entre grandes partidas que acabaron en tablas podemos mencionar Poliak-Zamijovsky, de la Semifinal del Campeonato de la URSS de 1953, y Gufeld-Klaric, Murcia 1990. En este último torneo había nada menos que 120 grandes maestros, de modo que podemos imaginar cómo todo el mundo se burló de Gufeld, ¡llegándose incluso a sugerir que fuese desprovisto del título de Gran Maestro!. Recordemos que Eduard Gufeld, nacido en Kiev en 1936 y fallecido en Los Ángeles en 2002, estaba considerado a finales de los años 1950 como uno de los mejores jugadores del mundo, habiendo derrotado a otros "monstruos" como Tal, Spassky, Smyslov, Korchnoi y Bronstein, entre otros, y en 1977 ocupaba la posición número dieciséis en la clasificación mundial. Aprovecho la ocasión para recomendar la lectura de un libro maravilloso de este gran jugador, titulado "Mi Mona Lisa en el ajedrez", de la editorial Paidotribo. Os encantará.
   Otro caso destacado de desconocimiento del mate que estamos tratando se presentó en la partida Kempinski-Epishin, Lübeck 2001, a la que correponde el siguiente diagrama:


   Vladimir Epishin, nacido en Leningrado en 1965, tiene en su haber un tercer puesto en el 58º Campeonato de la URSS, celebrado en Moscú en 1991 y fué uno de los asistentes de Anatoly Kárpov en el periodo comprendido entre 1987 y 1996, teniendo en la actualidad un ELO de 2568 puntos, por lo que estamos hablando de un curtido Gran Maestro, que sin embargo, como decíamos, no supo rematar la anterior posición en la que 20 de las 50 jugadas permitidas ya se habían efectuado y donde en vez de jugar la correcta 1...,Cd5, empujando al rey hacia el rincón negro, Epishin jugó 1...,Rc5; 2.Ra6!,Ad6; 3.Rb7,Rb5; 4.Ra7,Rc6; 5.Ra6,Ab8; 6.Ra5,Cd5; 7.Ra6,Ac7?, (permitiendo que el rey vaya al rincón blanco); 8.Ra7,Ab6+; 9.Rb8,Ac5; 10.Ra8,Cc7+; 11.Rb8,Cb5; 12.Ra8,Rb6; 13.Rb8,Ca7; 14.Ra8,Ra6; 15.Rb8,Ab6; 16.Ra8,Cb5; 17.Rb8,Cd6; 18.Ra8,Rb5; 19.Rb8,Rc6; 20.Ra8,Aa7, y al final, las negras comprendieron que no podrían dar mate en el rincón blanco, pero demasiado tarde, porque  acabaron agotando el límite de jugadas, y la partida finalizó en tablas.
  
   Para que no nos pase lo que a estos grandes maestros, a continuación expondré un método muy sencillo para poder ejecutar el mate de alfil y caballo, para lo que me basaré en  un antiguo manual que fué el que me sirvió a mí de guía para aprender  la técnica de este mate. Se trata del libro titulado "Finales elementales" de P.A. Romanowsky, publicado por la editorial argentina GRABO en 1940, de sólo sesenta y cuatro páginas y que contiene un apéndice  donde se detalla pormenorizadamente este final.
En esta apéndice se explica..." Entre los variados métodos que han sido creados para la realización de este mate, citaremos los dos sistemas que son más conocidos: el método de los triángulos ideado por el desaparecido aficionado argentino Sr. Daniel Délétang y el método llamado de cedilla formulado por el Sr.Raimundo Rossell que en realidad es un derivado del anterior.
En estas páginas expondremos el método de los triángulos de Délétang publicado en La Strategie (Febrero de 1923), El ajedrez argentino (año 1925) y en la Revista del club argentino de ajedrez (año 1925/1926) y perfeccionado por G.A. Cognet en L'Echiquier (Enero 1931), el cual, lo consideramos  como el más práctico y simple de recordar.
El mate de alfil y caballo sólo puede ser forzado  en una esquina  del tablero donde la casilla angular sea del mismo color que las que domina el alfil, pudiéndose presentar tres formas de mate:

Tipo I

Tipo II
 
Tipo III
   Para la realización de estas tres formas de mate el rey blanco debe estar colocado a salto de caballo de la casilla angular; por consiguiente pueden obtenerse posiciones idénticas haciendo ocupar al rey blanco la casilla 'c7' y a las piezas restantes las casillas correspondientes de acuerdo a cada tipo de mate. Finalmente, es evidente que todas estas  posiciones pueden reproducirse en otro ángulo del tablero.
   Ahora examinemos atentamente el siguiente diagrama:


   Podemos apreciar que el alfil está ubicado en la segunda casilla de una diagonal, que es a la vez la segunda casilla de una línea (en este caso horizontal), cuya cuarta casilla, a contar del borde, está ocupada por el caballo. Ahora (colocándonos desde el punto de vista de las diagonales), en la mitad del tablero donde se halla el rey negro, o sea la parte situada a la izquierda de la gran diagona negra, nos podemos figurar que (en esta mitad) las tres diagonales blancas forman con los bordes del tablero, tres triángulos rectángulos que se superponen en un ángulo recto común, situado en la casilla 'a8'. Sus hipotenusas están representadas: para el triángulo mayor por la diagonal 'a2-g8'; para el triángulo mediano por la diagonal 'a4-e8'; y para el triángulo menor por la diagonal 'a6-c8'.
   En el siguiente diagrama, para que quede más claro lo anterior, el triángulo mayor está delimitado por la flecha verde, el mediano por la roja y el menor por la amarilla:


   Examinando el triángulo mayor, comprobaremos que el rey negro no puede franquear la hipotenusa. En efecto, el alfil impide el acceso a las casillas blancas, el rey blanco protege las casillas negras 'f6' y 'f8', y el caballo las casillas negras 'e5', 'c5' y 'b4'. Se puede afirmar que el triángulo mayor está cerrado.
El mismo resultado se obtendría  haciendo ocupar a las piezas blancas una posición análoga, por ejemplo el alfil en 'f7', el caballo en 'f5' y el rey en 'b2', estando el rey negro en 'b4'.
   Resulta fácil como veremos luego estando el rey negro encerrado en el triángulo mayor, obligarlo a penetrar en el triángulo mediano, y obtenido ésto, proceder igualmente para hacerlo pasar al triángulo menor.
   Previamente veremos que la aplicación del "metodo de los  triángulos" permitirá obtener lo que llamaremos una posición final, de la cual resultará luego una de las tres formas de mate que hemos mencionado.
Examinemos estas posiciones finales en las cuales las blancas acaban de cerrar el triángulo menor, y por lo tanto, les toca jugar a las negras:


Posición tipo A
    1...,Ra8; 2.Cb4 (o Cc7+),Rb8; 3.Ca6+,Ra8; 4.Ac6 mate (Mate tipo III). Si el rey negro está en 'a8' en vez de 'b8', el mate se da de la siguiente manera: 1...,Rb8; 2.Cb4,Ra8; 3.Ae6 (perdiendo un tiempo para permitir jugar Ca6 dando jaque, pues es evidente que si se juega inmediatamente 3.Ca6 el rey negro está ahogado),Rb8; 4.Ca6+,Ra8; 5.Ad5 mate (Mate tipo III).


Posición tipo B
    Aquí se sigue con 1...,Ra8; 2.Cb4,Rb8; 3.Cc6+,Ra8; 4.Ab7 mate. (Mate tipo I). Si el rey negro está en 'a8' se da el mate en la siguiente forma: 1...,Rb8; 2.Cb4,Ra8; 3.Ab7+,Rb8; 4.Cc6 mate. (Mate tipo II).


Posición tipo C
    Aquí la secuencia empieza con 1...,Ra7; 2.Cb4,Rb8 (Si 2...,Ra8; 3.Rb6,Rb8; 4.Cc6+,Ra8; 5.Ab7 mate tipo I); 3.Rb6,Ra8; 4.Ab7+,Rb8; 5.Cc6 mate. (Mate tipo II).

   Veamos el procedimiento a aplicarse en el método de los triángulos.
El retroceso del rey negro, para hacerlo pasar de un triángulo a otro, se obtiene únicamente por medio de las maniobras del rey y alfil blancos. Por lo que concierne al paso del triángulo mayor al menor, se observará en la posición del diagrama anterior, que el alfil debe cuidar la diagonal (hipotenusa) 'a2-g8', debiendo proteger, al mismo tiempo, la casilla 'a4' para impedir al rey negro una escapatoria por ese punto, pero el alfil puede jugarse por la diagonal custodiada pues podrá volver a 'b3' antes de que el rey adversario alcance la casilla 'a4' mencionada.
Así pues, en la posición del diagrama, el procedimiento es el que sigue: es evidente que el rey blanco no puede jugarse porque tiene a su cargo las dos casilla negras 'f6' y 'f8', entonces, lógicamente, habrá que jugar el alfil por la diagonal (hipotenusa), eligiendo aquellla ubicación que reste más casillas al rey adversario; teniendo en cuenta esta circunstancia, la secuencia de jugadas será: 1.Af7,Rd6 (Dirigiéndose hacia la casilla 'a4'); 2.Rf8 (Ocupando directamente el extremo de la hipotenusa. Si 2.Rf6?,Rd7; 3.Ab3,Re8; 4.Rg7,Re7 y se vuelve a la misma posición del diagrama.),Rd7; 3.Ab3,Rd6 (Si 3...,Rc6; 4.Re7 y si 3...,Rd8; 4.Aa4 cerrando el triángulo mediano. El rey negro debe tratar de retrasar esto.); 4.Re8,Rc7 (Si 4...,Rc6; 5.Re7,Rc7; 6.Aa4); 5.Re7,Rc6 (A cualquier otra seguiría 6.Aa4); 6.Re6,Rb5; 7.Rd6,Ra5; 8.Rc5,Ra6; 9.Aa4


   Ahora el alfil ocupa la hipotenusa del triángulo mediano, el cual se comienza a cerrar con esta maniobra. Es de hacer notar que si durante la maniobra de retroceso, el rey negro abandona las diagonales 'a4-e8' y 'a6-c8', el alfil se instala inmediatamente en esta última diagonal, como lo acaba de efectuar con la jugada del texto. Si el rey se mantiene sobre estas dos diagonales, se irá arrionconando contra el borde del tablero, como se habrá observado , hasta que se verá forzado a abandonar una posición que le era favorable. También es de notar que el caballo no se ha movido de su puesto durante la maniobra. Ahora hay que terminar de cerrar el triángulo mediano, ubicando oportunamente el caballo en 'd5'.
Seguimos jugando con 9...,Rb7 (Si 9...,Ra5; 10.Ad7,Ra6; continuando igual que después de la 12ª jugada que sigue); 10.Rd6,Rb6; 11.Ad7,Ra5; 12.Rc5,Ra6; 13.Cb4+ (O también 13.Cf4. El caballo se dirige a ocupar su nuevo puesto en 'd5', o sea, en la 4ª casilla de la línea, ahora vertical, donde está ubicado el alfil, como ya lo hicimos notar al examinar por primera vez el diagrama inicial),Rb7; 14.Cd5, y el triángulo mediano está cerrado.


   Las negras continúan con 14...,Ra6 (Si 14...,Ra8 o Rb8; 15.Rb6 y el triángulo menor está cerrado llegando a una posición final tipo A. Si 14...,Ra7; 15.Ac8,Rb8 [si 15...,Ra8; 16.Rb6 y Aa6 llegando a la posición final tipo B]; 16.Aa6,Ra7 [si 16...,Ra8; 17.Rb6 y se llega a una posición tipo B]; 17.Rb5 y el triángulo menor se ha cerrado arribando a una posición final tipo C); 15.Rb4,Rb7; 16.Rb5,Ra7 (Si 16...,Rb8; 17.Rb6 y llegamos a una posición tipo A); 17.Ac8,Ra8 (Si 17...,Rb8; 18.Aa6 y estamos en una posición tipo C); 18.Rb6,Rb8; 19.Aa6


   Y se cierra el triángulo menor en una posición fianl del tipo B.

   Resumiendo lo que hemos expuesto hasta ahora, se deducen las siguientes reglas para el mate de rey, alfil y caballo:
  
   1º El mate sólo puede ser forzado en una esquina del tablero donde la casilla angular sea del color de las que recorre el alfil.

   2º Se formarán, figuradamente, tres triángulos rectángulos superpuestos, cuyo ángulo recto común estará situado en la esquina del tablero donde se forzará el mate. Estos triángulos serán: uno mayor, uno mediano y uno menor, y sus hipotenusas serán respectivamente tres diagonales del color de la casilla angular; una diagonal de 7 casillas, otra de 5 y la tercera de 3 casillas.

   3º El cierre de los dos primeros triángulos (mayor y mediano) se efectúa:
a) Colocando el alfil y el caballo en la misma línea, columna o fila.
b) Ubicando el alfil en la segunda casilla de la diagonal-hipotenusa de cada uno de los triángulos.
c) Ubicando el caballo en la cuarta casilla de la fila o columna en que se halla el alfil, estando así, ambas piezas, en cuadros del mismo color y separadas por una casilla.
d) La otra extremidad de la hipotenusa estará custodiada por el rey.

   4º El cierre del tercer triángulo se efectúa fácilmente, sin necesidad de mover el caballo, y en algunos casos, sin que el alfil tenga que ocupar la diagonal que constituye la hipotenusa menor.

   5º El alfil opera en las casillas del color que recorre, y el caballo se utilizará para vigilar las casillas del color opuesto.

   6º Una vez encerrado el rey adversario en el triángulo mayor, y para obligarlo a pasar de un triángulo a otro, se maniobrará únicamente con el rey y el alfil, pues el caballo sólo necesitará efectuar cuatro movimientos: dos para pasar del triángulo mayor al mediano, y otros dos para colaborar en el mate.

   Antes de ser encerrado en los triángulos, el rey adversario tratará de refugiarse en la diagonal de color opuesto al camino del alfil, dirigiéndose a uno de los ángulos donde el mate no es posible. En tal caso será fácil obligarlo a entrar en uno de los dos grandes triángulos que bordean la mencionada diagonal, como se verá en el siguiente diagrama:


   En las variantes que se examinan a continuación se observará que el rey negro, tratará de zafarse ya sea dirigiéndose hacia su derecha 'b7-c6-b6-b5-b4', etc., en la variante A, o por su izquierda 'b7-c6-d6-c5', etc., en la variante C, o lo que es preferible, tratará de mantenerse en su refugio en 'a8' (variante B y D), prolongando así el inevitable mate.

Variante A

   En esta variante jugaríamos 1.Rb2,Rb7; 2.Rc3,Rc6; 3.Rc4,Rb6; 4.Rd5 (Para poder conducir al alfil y el caballo a sus respectivos puestos es una buena táctica ubicar el rey blanco en una de las casillas centrales del tablero, con preferencia en una casilla de la gran diagonal que sirve de refugio al rey negro, y colocar el alfil a su lado),Rb5; 5.Ad4,Rb4; 6.Cg3,Rb3; 7.Ch5 (o Ce2),Rc2;


   8.Cf4,Rb3 (Si 8...,Rd2; 9.Af2,Rc3; 10.Ae1+, comenzando a cerrar el triángulo mediano); 9.Rc5,Ra4; 10.Rb6,Rb4; 11.Af2 y el triángulo mayor está cerrado.

Variante B

   En este caso empezaríamos con 1.Rb2,Rb7; 2.Rc3,Rc6; 3.Rc4,Rd6; 4.Rd4,Rc6 (Si 4...,Re6, ver la variante C. Con la jugada del texto el rey negro trata de mantenerse cerca de su refugio en 'a8', retardando así en lo posible, la maniobra para obligarlo a entrar a un triángulo mayor.); 5.Cf2 (Esta pieza es la encargada de expulsar al rey negro de su refugio, ubicándose para ello en 'b6' o en 'c7'),Rb5; 6.Rd5,Rb6 (Se amenazaba 7.Ad4 seguido de Ch3 y Cf4 cerrando el triángulo mayor); 7.Ae5,Rb7 (Si 7...,Rb5; 8.Ad4 seguido de Ch3, o Rc6, etc.); 8.Ce4,Ra8 (Si 8...,Rc8; 9.Rc6,Rd8; 10.Ad6 [obstaculizando el camino del rey negro, para dar tiempo al caballo a ubicarse en su puesto en 'e3'],Re8; 11.Cc3 seguido de 12.Cd1, 13.Ce3 y 14.Ag3, cerrando así el triángulo mayor.); 


   9.Rc6,Ra7; 10.Cc3 (El caballo se acerca al punto 'b6', ubicándose antes en 'd5' desde donde podrá dirigirse, eventualmente, a su puesto en 'f4'),Ra8; 11.Cd5,Ra7; 12.Cb6,Ra6; 13.Ab8


   Posición clásica: el rey negro ha sido expulsado definitivamente de la gran diagonal que le servía de refugio. Continuamos con 13...,Ra5; 14.Cd5 (Ahora, cumplida su misión, el caballo se dirige hacia su puesto en 'f4'),Ra4 (Si 14...,Ra6; 15.Cf4,Ra5; 16.Aa7 seguido de 17.Af2 cerrando el triángulo mayor); 15.Aa7,Rb3 (Si 15...,Ra5; 16.Ab6+,Ra4; 17.Rc5,Rb3; 18.Aa5, comenzando el cierre del triángulo mediano); 16.Rb5,Rc2; 17.Cf4,Rd2; 18.Af2, y el triángulo mayor está cerrado.

Variante C

   En la  variante B, después de la cuarta jugada del blanco, seguiríamos con 4.Rd4,Re6; 5.Ae5,Rf5; 6.Cf2,Re6 (Si 6...,Rg5; 7.Ag3,Rf5; 8.Rd5,Rf6 [Si 8...,Rg5; 9.Re6]; 9.Cg4+,Rf5 [Si 9...,Re7; 10.Rc6]; 10.Ce3+, cerrando el triángulo mayor.); 7.Ag3


   Haremos notar que aquí tenemos una posición en "cedilla" del método de Raimundo Rossell. Su nombre es debido a la similitud de la posición del alfil y el caballo con la letra de la escritura española consistente en una C con una virguilla abajo (Ç). En este caso la figura no es completamente exacta, ya que el caballo no se coloca abajo, sino en la casilla inmediata pero en diagonal con el alfil. Mejor sería, quizá, decir que el caballo se coloca a modo de coma (,) del alfil.
Compárese esta ubicación del caballo con la otra en 'e3' y se notará la diferencia en la acción de esta pieza. En el método Délétang el caballo vigila las casillas 'd5', 'f5' y 'g4', a las que el rey negro podría tener acceso; en el sistema Rossell el caballo cuida las casillas 'h3', 'g4' y 'e4', dejando libre la casilla 'd5', lo cual recarga algo la labor del rey blanco, en cambio al dominar la casilla 'h3', permite una mayor libertad de acción al alfil, que no está obligado a proteger la casilla 'h4'. Además, en el primer método, el caballo, al dominar la casilla 'f5', resta una casilla más al rey negro.
El procedimiento Rossell es similar al sistema Délétang, pero algo más engorroso pues exige más maniobras con el caballo y además, como en esta caso, la casilla libre en 'd5' no permite al rey blanco maniobrar eventualmente por vía 'c8' ocupando directamente el extremo de la diagonal-hipotenusa.
   Continuamos a partir del último diagrama con: 7...,Rd7; 8.Rd5,Rc8; 9.Rc6,Rd8; 10.Cd1, seguido de 11.Ce3 y el triángulo mayor está cerrado.

Variante D

   En esta última variante seguiríamos con 1.Rb2,Rb7; 2.Rc3,Rc6; 3.Rc4,Rb7; 4.Rc5,Ra8; 5.Rc6,Rb8; 6.Cg3,Ra8; 7.Ce4,Rb8; 8.Cc3,Ra8; 9.Cd5


   Y ahora las negras siguen con 9...,Rb8 (Si 9...,Ra7; 10.Ae5,Ra8; 11.Cb6+,Ra7; 12.Ad6,Ra6; 13.Ab8, arribando a la posición clásica que hemos visto en la variante B, tras la jugada 18 del blanco.); 10.Ad4,Ra8; 11.Cc7+,Rb8; 12.Ac5,Rc8; 13.Aa7 y se llega a la posición clásica antes mencionada, con ubicación invertida de las piezas:


   Espero que toda esta explicación, aunque un poco farragosa, pueda servir de ayuda. A los que dominan este tipo de mate, para refrescarles las ideas, y a los que no lo dominan para que tengan un punto de partida para su estudio.
   A mi, también me ha servido para reencontrarme con el librito de Romanowsky, que llevaba muchos años durmiendo el sueño de los justos en mi librería, y del que aprendí este difícil final, que siempre me ha impresionado por la forma en que tan pocas piezas son capaces de coordinarse entre ellas para dar el ansiado mate. ¡Eso es el ajedrez!
   ¡Seguramente que a Epishin, con el que empezabamos esta entrada, no le habría venido nada mal darle también un pequeño repaso al manual!
   Y es que como dijo el filósofo francés Claude Adrien Helvétius (1715-1771): "Se cometen muchos errores, que podrían evitarse, por culpa de nuestra repugnancia a conocer la verdad".