Sin duda que el embrujo que nos produce el ajedrez es tan sublime, que nos hace sentirnos grandes creadores durante unos minutos, y a eso se refiere Marcel Duchamp cuando dice: "No todos los artistas son ajedrecistas, pero todos los ajedrecistas son artistas".

Sin duda, también, que el ajedrez no lo es todo. ¿Qué decir de la música, por ejemplo? Por eso os he dejado una pequeña muestra de mi música favorita, para que la disfrutéis, si os apetece, mientras os sumergís en el fascinante mundo del ajedrez.

Ya en su dia el gran Tarrasch dijo: "Como el amor, como la música, el ajedrez tiene la virtud de hacer felices a los hombres".

Y olvidémonos de aquella otra frase de Oscar Wilde que decía: "Si quieres destruir a un hombre, enséñale a jugar al ajedrez"...¡asusta!

Así que sin más dilación comenzemos este singular viaje a una tierra llena de peligros, en la que nos encontraremos a reyes enfrentados en un combate eterno, reinas poderosísimas y despiadadas, fortalezas sólidas e inexpugnables, obispos con gesto serio y mirada oblícua, ágiles corceles dispuestos a asestar coces mortales y valientes guerreros que nunca retroceden ante nada.

Estáis todos invitados, así que los que quieran pueden subir a bordo. Sin condiciones. Durante la travesía seremos testigos de inagotables maravillas y al llegar a puerto nos espera...la felicidad, sin duda.

BIENVENIDO. GRACIAS POR VISITAR MI BLOG.

sábado, 27 de julio de 2013

Ajedrez espacial



   Una de las cosas más fascinantes cuando te adentras en el infinito universo del ajedrez, es darte cuenta de que realmente es casi infinito en su esencia. Todos conoceréis la popular anécdota de su creación, cuando el bueno de Sissa pidió al rey indio Sheram, como recompensa por haberlo inventado, un "modesto" grano de trigo en la primera casilla del tablero, dos en la segunda, cuatro en la tercera, ocho en la cuarta y así sucesivamente doblando el número anterior hasta llegar a la casilla 64. El rey aceptó encantado pero cuando sus contables hicieron los cálculos oportunos, el monarca empalideció. En la última casilla del tablero habrían 9.223.372.036.854.775.808 de granos de trigo, que sumados a los del resto del tablero sumarían la escalofriante y astronómica cifra de 18.446.744.073.709.551.615 de granos. ¡Haría falta juntar las cosechas de trigo de todo el mundo durante 2000 años para poder saldar la deuda con Sissa! Para hacernos una idea de lo que supone la cifra anterior, podemos decir que se necesitarían 3.689.348 de barcos de 100.000 toneladas para poder transportar todo ese trigo y que esos barcos puestos uno detrás de otro darían 17 veces la vuelta a nuestro querido planeta Tierra.
   Pero aún siendo los anteriores unos números que nos cuestan de digerir, no era a ellos a los que me quería referir hoy, de modo que dejando de lado el mundo de las anécdotas, pasemos al mundo real, en donde podemos apreciar la verdadera infinitud del juego de reyes. Y es que el número de partidas distintas que se pueden jugar en nuestro aparente sencillo tablero de sesenta y cuatro casillas...¡es mayor que el número de átomos en el universo conocido!. Concretamente el número de partidas posibles es 10^123 (diez elevado a 123), es decir, un uno seguido de 123 ceros, frente al número de átomos que sería 10^80 (diez elevado a 80). Algo realmente increible y que nos acerca al infinito. Hay que matizar que el cálculo anterior se basa en partidas llamémoslas reales, en la que ambos jugadores efectúan una media de cuarenta jugadas y en las que no se prolonga la partida deliberadamente de manera absurda, ya que en este caso, apurando al máximo la regla de las 50 jugadas ("Si en 50 jugadas no se ha avanzado un peón o se ha capturada alguna pieza la partida es declarada tablas")  la partida más larga posible constaría de 5.899 movimientos y basándose en esto el matemático N. Petrovic publicó en 1948 en la revista "Sahovski Vjesnik" que el número máximo de partidas posibles sería la escalofriante cifra de...¡10^18900!  Para concluir con todo este mareante baile de números habría que añadir que el número de posiciones distintas que se puden dar sobre el tablero es de 2x10^43, es decir, veinte septillones (obviamente esta cifra es menor que la de partidas posibles, porque a una misma posición se puede llegar de muchas maneras diferentes). El ex-campeón del mundo y matemático holandés Max Euwe calculó que si doce mil ajedrecistas se ocuparan en la búsqueda de las mejores jugadas en todas las posiciones posibles y en cada una de ellas invirtiera una décima de segundo, necesitarían más de un trillón de siglos para analizarlas todas.


   Ahora que hemos estado cerca del infinito, os invito a todos, familiares y amigos, a un fascinante viaje por el espacio lleno de aventuras y peligros. Después de lo explicado arriba no nos debe parecer tan descabellada la idea que el ínclito presidente de la FIDE, Kirsan Iliumzhinov, defendía en una entrevista concedida al periódico británico "The Independent" el 22 de Septiembre de 2010, en la que afirmaba que el ajedrez fue traido a nuestro planeta por una civilización extraterreste, y lo sabía de buena tinta, ya que según él, en 1997 fue abducido hasta una nave espacial donde pudo constatar toda esta información con los propios alienígenas. Así que partamos sin más dilación hacia las estrellas, situándonos en primer lugar en el año 1970. El 1 de Junio de ese año, en el primer despegue nocturno de la historia de la navegación espacial, partía desde el cosmódromo soviético de Baikonur en Kazajistán, la nave Soyuz-9, cuyo objetivo era el de comprobar la resitencia de los cosmonautas durante una larga permanencia en el espacio, ya que la misión se prolongó durante diecisite días y diecisite horas, regresando a la Tierra el 19 de Junio, después de haber completado 286 órbitas alrededor de nuestro planeta, recorriendo unos 11.875.000 de kilómetros.


   En el interior de la nave viajaban los cosmonautas Vitaly Sevastyanov (1935-2010) que más tarde llegó a ser presidente de la Federación de Ajedrez de la URSS entre los años 1977 y 1986 y posteriormente entre 1988 y 1989 y Andrian Nikolayev (1929-2004) que estaba casado con la que fue la primera mujer en viajar al espacio, en 1963, Valentina Tereshkova.
El 10 de Junio de 1970, entre la órbita 141 y la 144 se jugó la primera partida de ajedrez en el espacio entre los miembros de la Soyuz-9, Sevastyanov y Nikolayev, y un equipo del control en tierra de la misión, formado por el general Nikolai Kamanin (1908-1981), director del Centro de Entrenamiento de Cosmonautas de la URSS entre 1960 y 1971 y el cosmonauta Viktor Gorbatko (nacido en 1934) que había permanecido en el espacio en febrero de 1969 durante casi cinco días a bordo de la Soyuz-7. La partida se prolongó por espacio de seis horas y su desarrollo completo lo podéis seguir a continuación:



   La permanencia durante tantos días en condiciones de ingravidez, causaron serios problemas de salud a los dos cosmonautas a su regreso a la Tierra, hasta el punto de que no pudieron bajar de la nave por su propio pie, padeciendo después mareos, descalcificación de huesos y problemas cardíacos de los que tardaron bastante tiempo en recuperarse. Una de las pruebas que tuvieron que superar durante su estancia en el espacio, supongo que a fin de determinar sus capacidades mentales en condiciones de gravedad cero, fue resolver un problema de mate en tres del compositor ucraniano Valentin Rudenko, nacido en 1938, que llevaron en forma de recorte a bordo de la Soyuz-9 y que se conserva en el Museo de la Cosmonáutica de Cheboksary junto a una foto autografiada de los dos cosmonautas, Nikolayev y Sevastyanov (a la derecha con camisa blanca), como podéis ver en la siguiente imagen:

 
   El problema en cuestion se publicó en la revista "Suomen Shakki" en 1957, obteniendo el primer premio y correspondiéndole jugar a las blancas, éstas dan mate en tres jugadas. Imaginad que estáis en la Soyuz-9 y tratad de resoverlo:
 
 
[FEN: 8/7p/7B/8/8/2pN1Np1/2P1n1P1/1K1k1B2 w - - 0 1]
 
SOLUCIÓN
1.Af4,Cxf4; 2.Cxf4,h6; 3.Ae2++. Si 1...,h5; 2.Axg3,Cxg3; 3.Cf2++.
 
   Desde aquel lejano 1970 en el que se jugó la primera partida espacial, el hombre a seguido mirando a las estrellas y soñando en alcanzarlas algún día. Durante este tiempo se construyó la Estación Espacial Internacional (ISS) que inició su andadura el 20 de Noviembre de 1998 cuando un cohete ruso Protón colocó en órbita el primer módulo de lo que sería la futura ISS, el módulo ruso Zarya, diseñado para dotar a la Estación de la energía y propulsión iniciales. Actualmente es el objeto artificial más grande en la órbita terrestre, completando una vuelta aproximadamente cada 91 minutos, contando con la colaboración de la NASA, la Agencia Espacial Federal Rusa, la Agencia Japonesa de Exploración Espacial, la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Espacial Europea, así como la Agencia Espacial Brasileña.
 
 
   Treinta y ocho años después de aquella primera partida, el 13 de Agosto de 2008, desde esta Estación Espacial Internacional, el astronauta canadiense de la NASA Greg Chamitoff (nacido en 1962) empezó a jugar nuevamente una partida de ajedrez contra las estaciones de control de la misión en tierra, para lo que utilizó un tablero y piezas con velcro:
 
Greg Chamitoff pensando antes de efectuar su jugada 18.Db1
 
   El desarrollo de la partida fué el siguiente:



   Siguiendo con nuestro viaje espacial, las dos partidas anteriores son un juego de niños si la comparamos con la siguiente. Para ello dejemos la Estación Espacial Internacional en 2008, y sujetándonos fuerte retrocedamos siete años en el tiempo para situarnos a bordo de una nave espacial llamada Discovery 1 con destino a Júpiter en el año 2001. Allí conoceremos al astronauta Frank Poole, amante como nosotros del ajedrez, y a una maléfica computadora llamada HAL 9000 que de nuevo disputarán una emocionante partida en el espacio, pero que esta vez tendrá tintes dramáticos.
Como seguramente habréis deducido estoy haciendo alusión a la partida de ajedrez que disputan ambos contendientes en la extraordinaria película dirigida en 1968 por Stanley Kubrick 2001: Una odisea en el espacio, en la que los astronautas  David Bowman y el referido Frank Poole tendrán que luchar contra una, en un principio infalible, computadora llamada HAL 9000 que empieza a mostrar un comportamiento anómalo que pondrá en peligro las vidas de los propios astronautas. Si no habéis tenido la oportunidad de ver esta extraordinaria película, desde aquí os recomiendo encarecidamente que lo hagáis, porque os aseguro que no os arrepentiréis, y además con el añadido de que su director, Stanley Kubrick, era un gran apasionado del ajedrez.
A continuación os dejo el fragmento de la película donde podemos ver a Poole y a HAL 9000 disputando la partida de ajedrez a que hacía antes referencia, en donde la computadora sale claramente vencedora del duelo:



   La posición en cuestión es la siguiente, en la que las blancas son conducidas por Frank Poole y las negras por HAL 9000, mientras la nave Discovery 1 se aproxima al planeta Júpiter:


[FEN: Q4rk1/2p1bppp/p7/1p2n3/5n2/2Pq3b/PP1P1PPP/RNBB1RK1 w - - 0 1]
 
   Es el turno de juego de las blancas y Poole dice: "La reina se come el peón", a lo que HAL con voz pausada juega: "Y el alfil se come el peón de caballo". Poole replica: "Vaya jugada...mmm...torre a rey uno" y HAL dice: "Lo siento, Frank, creo que se equivoca. Reina a alfil tres. Alfil come a reina. Caballo come alfil. Mate". Poole observa el tablero y añade: "Ya...parece que tienes razón, sí señor", concluyendo HAL con un lacónico: "Gracias por una partida tan agradable". Por tanto la partida terminaría de la siguiente forma: 1.Dxa6,Axg2; 2.Te1,Df3; 3.Axf3,Cxf3++.
  
    Kubrick, que como ya he dicho antes, era un fanático del ajedrez, se basó para esta escena de la película en una partida disputada en Hamburgo en 1910 entre Roesch y Schlage, que a título de curiosidad transcribo a continuación:
 

 
   Para terminar nuestro viaje espacial y después de reponernos de nuestro contacto con la perversa computadora HAL 9000, que seguro que os hará mirar con otros ojos a vuestro Fritz, Rybka, Houdini o programa al uso que más os guste, volvemos de nuevo a nuestro querido planeta azul para pisar tierra firme, pero lo haremos en el año 1947 y concretamente en la ciudad de Roswell. Hace pocos días, exactamente el 7 de Julio, se cumplían sesenta y seis años del supuesto choque de una nave espacial extraterrestre en esta pequeña ciudad de Nuevo México en los Estados Unidos, que dió lugar a lo que se ha conocido como incidente OVNI de Roswell. Según se dijo la Fuerza Aérea de los EEUU había recuperado los restos de una presunta nave espacial, así como los cuerpos de cuatro alienígenas que habrían muerto en el impacto, y cuya supuesta autopsia grabada en video causó una gran conmoción sobre la existencia de vida extraterrestre.
 
Imagen de supuesto alienígena del incidente de Roswell
   A fecha de hoy las opiniones están divididas sobre la veracidad de este famoso suceso. Los partidarios del fenómeno extraterrestre consideran el incidente Roswell como uno de los acontecimientos ufológicos más importantes de la historia y los detractores afirman que hay muchas explicaciones racionales más verosímiles, como que los restos pertenecieran a globos del Proyecto Mogul, una iniciativa secreta para examinar la actividad nuclear de la Unión Soviética, y que realmente nunca se recuperó ningún cuerpo alienígena, siendo el video de la autopsia un fraude.
Tanto unos como otros desconocen la posible e indiscutible verdad sobre el incidente OVNI de Roswell. Y dicha verdad, queridos familiares y amigos que me habéis seguido hasta aquí en este viaje espacial de hoy, se encuentra nada más y nada menos, por mucho que os pueda sorprender...¡en la figura del legendario Campeón del Mundo José Raúl Capablanca!
Antes de que empecéis a pensar que con tanto viaje por el tiempo y el espacio se me han fundido algunas neuronas de mi cabeza (lo cual tal vez no estaría equivocado, dejando incluso de lado los viajes), matizaré que lo que narro a continuación es una divertida anécdota que se cuenta utilizando la figura del genial campeón cubano...Pues bien, según se dice, un buen día estaba sentado nuestro admirado Capablanca debajo de un árbol analizando una interesante posición con su tablero, cuando de repente vió como cerca de donde se encontraba aterrizaba una misteriosa nave espacial de la que descendió un extraño ser proveniente de otro planeta, según le aclaró telepáticamente la propia criaturaa un sorprendido Capablanca, que no daba crédito a lo que veían sus ojos.
 
   El alienígena se acercó al cubano y mirando extrañamente el tablero con las piezas le preguntó que qué era "aquello". (Aquí hay que hacer un inciso para aclarar que siendo tan grande el Universo, este incidente no desmiente el origen extraterreste del ajedrez que defendía Iliumzhinov, ya que este alienígena provenía de un planeta donde el ajedrez aún no había llegado, donde aún no era conocido. Los extraterrestres del presidente de la FIDE eran, por tanto, otros...). Sigamos con el relato. Capablanca a la pregunta del alienígena le respondió (siempre telepáticamente, por supuesto) que "aquello" se llamaba ajedrez y que era un juego muy popular en el planeta Tierra. Picado por la curiosidad el extraterrestre le preguntó si le podía enseñar como se jugaba y Capablanca le dijo que estaría encantado de ello, así que pasó a explicarle las reglas básicas del juego, el movimiento de cada una de las piezas y terminó por explicarle los movimientos "especiales" como era el enroque, la captura al paso y la coronación del peón. Aquí le dijo que cuando un peón alcanzaba la octava fila se podía transformar en la pieza que quisiera. El alienígena dijo que lo había entendido todo y retó al bueno de Capablanca a una partida, afirmando que como se consideraba una especia superior no tendría ningún problema en derrotar a un simple humano como él. Herido en su amor propio por las palabras despectivas del alienígena, Capablanca aceptó gustoso el reto, proponiéndose darle un severo castigo a un ser tan arrogante. La partida comenzó y después de unas cuantas jugadas, Capablanca, que conducía las piezas blancas sonreía satisfecho por la soberana paliza que le estaba infringiendo a aquel ser de otro mundo y porque veía que su triunfo estaba muy cerca una vez que alcanzó la siguiente posición:
 
 
[FEN: 8/P7/BB5P/8/5NN1/1K6/p6p/k7 w - - 0 1]
 
    Capablanca jugó 1.Rc2, y le dijo al alienígena que la partida estaba terminada, porque estaba amenazando mate en la siguiente jugada con 2.Ad4++ y no había forma de detener la amenaza. El "marciano" se quedó pensando un rato y sin inmutarse jugó 1...,h1(=Rey)

 
 [FEN: 8/P7/BB5P/8/5NN1/8/p1K5/k6k w - - 0 1]
 
   Capablanca rápidamente le dijo que esa jugada era ilegal, que no se podía coronar otro rey, que cuando un peón alcanza la octava fila se puede transformar en cualquier pieza, es decir, dama, torre, caballo o alfil, pero nunca en otro rey. El alienígena le refutó diciéndole que claramente le había dicho que el peón podía convertirse en la pieza que quisiera y no le había especificado más, así que el se mantenía en sus trece y pedía otro rey. Después de muchas discusiones, Capablanca tuvo que ceder y admitiendo que no había especificado que no se podía coronar en rey aceptó la coronación del extraterrestre, que era ahora el que sonreía al entender que había conseguido engañar a Capablanca. Éste se encontraba ciertamente ante un buen problema, porque si ahora jugaba como tenía previsto 2.Ad4+ daba mate al rey de 'a1', pero dejaba ahogado al de 'h1' y si jugaba 2.Ab7+, daba mate al de 'h1' y ahogaba al de 'a1'. ¿Qué hago ahora?, pensó Capablanca, dándose cuenta que el marciano se la había jugado. Pensó, pensó y de repente encontró una solución formidable. Capablanca cogió su peón de 'a7' y lo llevó hasta 'a8' y dijo que ya que se podía coronar la pieza que quisiese, quería coronar su peón...¡en un rey negro! 2.a8(=Rey negro)!
 
 
[FEN:  k7/8/BB5P/8/5NN1/8/p1K5/k6k w - - 0 1]
 
    El alienígena lógicamente no podía protestar. Se había convertido en el cazador cazado. No tuvo más remedio que jugar 2...,Rb8, a lo que siguió 3.h7,Ra8 y ahora soltando un grito de júbilo, Capablanca jugó 4.h8(=D)+ y consiguió dar mate a los tres reyes negros al mismo tiempo, tal como refleja el siguiente diagrama. ¡Sencillamente galáctico!


[FEN: k6Q/8/BB6/8/5NN1/8/p1K5/k6k b - - 0 1]
 
    De esta forma Capablanca derrotó a aquel extraño ser interplanetario que muy enfadado por su derrota se marchó rápidamente en su platillo volante en busca de nuevos mundos.
   Y ahora mi teoría es que posiblemente hace sesenta y seis años sí que se estrelló una nave espacial en Roswell. Era aquel alienígena que jugó con Capablanca y que volvía para pedirle la revancha...
    
   Hasta aquí nuestro viaje de hoy. Un viaje intenso por el espacio-tiempo. Ahora en la tranquilidad de nuestras casas sigamos disfrutando de nuestro noble juego y no dejemos de aprender, para estar siempre preparados. Nunca sabemos lo que puede pasar. El universo como el ajedrez son infinitos, y seguro que en algun lejano planeta de una remota galaxia, en la tranquilidad de su casa, alguien o algo está entrenando para, tal vez, retarnos a una futura partida espacial. O tal vez no.


   Y es que como dijo Sir Arthur Conan Doyle (1859-1830), médico y escritor escocés, creador del célebre detective Sherlock Holmes: "Sólo hay dos posibilidades. Que estemos solos en el Universo o que existan más civilizaciones a parte de la nuestra. Ambas posibilidades son extraordinarias".